lunes, 8 de marzo de 2010

Un fuerte terremoto reduce a escombros la capital de Haití


Un fuerte terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter ha sacudido Haití, el país más pobre del continente americano, y ha desatado la alarma en el Caribe. El brusco movimiento de tierra se cebó con la capital, Puerto Príncipe, donde los daños materiales han sido cuantiosos y las víctimas mortales se cuentan por decenas, según relatos de testigos citados por varias agencias. Los equipos de rescate trabajan esta madrugada (hora española) a contrarreloj para rescatar de entre los escombros a supervivientes. Varios edificios se han derrumbado por completo, entre ellos un hospital y una escuela. También ha sufrido daños considerables el palacio presidencial y el edificio que alberga la misión de la ONU en el país caribeño. Algunos funcionarios del organismo internacional permanecen en paradero desconocido, según un comunicado de la misión de Naciones Unidas.
El temblor desató el pánico entre la población. "Todo el mundo temblaba, era como un baile, la gente salía de los vehículos, corría y gritaba", ha explicado un testigo a la agencia Efe, quien ha dicho que "la carretera se abrió por la mitad" ante sus ojos. El embajador de Haití en Estados Unidos ha asegurado a la CNN que se trata de "una catástrofe de gran magnitud". El presidente Barack Obama ha declarado poco después de la medianoche (hora española) que su pais esta preparado para ayudar al pueblo de Haití.
El seísmo ha dejado prácticamente incomunicada la capital de Haití, donde las líneas telefónicas que comunican con el exterior han dejado de funcionar, según el Departamento de Estado de EE UU. El aeropuerto de Puerto Príncipe también se ha visto obligado a cancelar todas sus operaciones, según ha confirmado la compañía Caribair, la principal línea aérea dominicana que vuela a Haití.
Los daños fueron numerosos en edificios de la capital haitiana, como supermercados y hoteles, según testimonios recabados en Santo Domingo por familiares y amigos de residentes en Haití. De acuerdo con estas informaciones, incluso la catedral de la ciudad se derrumbó, el palacio presidencial sufrió daños y es prácticamente imposible circular en automóvil por las calles, invadidas por los escombros.
Un hospital infantil cercano a la embajada de República Dominicana en Puerto Príncipe estaba derruido, y se escuchaban gritos entre los escombros, según el embajador dominicano en Haití, Rubén Silié. "Acabo de hablar con el diplomático y me manifestó que en el hospital de niños se escuchan personas pidiendo auxilio", aseguró el portavoz del Gobierno dominicano, Rafael Núñez. "Me dijo que el país había quedado literalmente destrozado", añadió.
La Fuerza de Paz de Naciones Unidas, liderada por Brasil, también sufrió el impacto de la tragedia y anunció que sus militares están preparados para ayudar a los damnificados, informaron fuentes militares, que aseguraron que hasta mañana no se podrá evaluar la gravedad de los daños materiales sufridos. El ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, exhortó a los militares de su país destacados en Haití que "hagan todo el esfuerzo posible" para disminuir el sufrimiento de la población local por esta "catástrofe". La Fuerza de la ONU cuenta con cerca de 6.700 militares procedentes de 17 países, de los cuales 1.266 son brasileños. Este cuerpo ya participó en el socorro a las víctimas de los huracanes que afectaron a Haití en 2004 y en 2008.
El temblor tuvo su epicentro a escasos 15 kilómetros de Puerto Príncipe. La tierra tembló por espacio de más de un minuto. Además, se activó durante dos horas la alarma por tusami en varios países del Caribe, entre ellos Cuba, la República Dominicana y las Bahamas. El Centro de Advertencia de Tsunamis de EE UU en Hawai levantó la alerta de tsunami después de comprobar que el movimiento sísmico provocó una marejada de 12 centímetros sobre lo normal en Santo Domingo, República Dominicana, y de menos de un centímetro en las profundidades, sin que esto supusiera una amenaza para las zonas costeras.
El terremoto es el mayor que se registra en la isla que comparten Haití y República Dominicana desde 1946, cuando se produjo uno de magnitud 8,1, según un experto dominicano.

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